edición general
23 meneos
447 clics

La noche en la que volvió a fumar

El médico era un viejo amigo y no le anduvo con paños calientes. Te quedan seis meses, dijo. Sé que no enciendes un cigarrillo desde hace veinticinco años y que has procurado llevar una existencia sana, pero te ha tocado. De todas formas, quien no se consuela es porque no quiere: la tuya no ha sido una mala vida, cumpliste los setenta, tus hijos se ganan la vida y a tu perrita Penélope tuviste que sacrificarla por vieja hace diez meses.

| etiquetas: pérez-reverte , artículo , opinión , patente de corso

menéame