Lo que ya intuía la sabiduría popular, está confirmado científicamente: Cuanto menos atractiva físicamente es una persona, mayor es el riesgo que corre de sufrir mobbing (bullying laboral o acoso laboral) en su trabajo. "Francamente, es un feo hallazgo", manifiesta decepcionado el profesor Brent Scott, de la Universidad Estatal de Michigan, en East Lansing, Estados Unidos, coautor del estudio. "Aunque nos gusta pensar que nos comportamos de forma profesional y madura en el centro de trabajo, éste puede parecerse, a una escuela secundaria".
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