Más de 200 ovejas han muerto en los Pirineos después de que fuesen sorprendidas por un oso pardo. El animal atacó a una de las ovejas y las otras 209 del rebaño entraron en pánico y se arrojaron a un acantilado de 200 metros de altura en la frontera entre Francia y España. Al día siguiente se encontraron 169 ovejas en el acantilado de Lladorre, según informa 'The Guardian'. Se cree que las ovejas pertenecían a un agricultor de Couflens, en el suroeste de Francia, y el Gobierno francés va a compensar al granjero.
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