Una exprofesora del centro las acusó, sin pruebas documentales, de malversar 139 euros en la gestión del comedor escolar. Para ellas comenzaba así un calvario que ha durado casi cuatro años. La absolución ha sido un mal menor: «O dano xa está feito», sentencian. Todo el proceso para aclarar el gasto de 139 euros tuvo un coste de unos 20.000. Es una estimación prudente si se tiene en cuenta que el proceso de instrucción se inició en 2013, generando un sumario de más de 400 folios.
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