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Kike Ramos y su hija Lola, de cinco años, recorren el Camino desde Roncesvalles para dar visibilidad a la AME

Un camino de luz y energía positiva. Cargados con sus mochilas y unas botas, Kike Ramos y su hija Lola, de cinco años, han encontrado en el 'Camino de Santiago' el escaparate a su solidaridad, a su empeño en hacer visible la Atrofia Muscular Espinal (AME).

| etiquetas: ame , camino , solidaridad

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