A
finales del pasado mes de febrero saltaron, las alarmas. En ese momento vio la luz un comunicado oficial enviado varias semanas antes por Bernard Doroszczuk, que es el máximo responsable de la Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN), a Bernard Bigot, el director general de ITER, en el que le pedía no llevar a cabo el ensamblaje de los dos primeros sectores de la cámara de vacío en el interior del foso en el que irá alojado el reactor.