Estar enterrado vivo es una de las peores situaciones que uno pueda imaginar. Una que seguramente está en el top 3 de las peores muertes. Ahora imagínate lo que debe ser estar enterrado en el fondo del océano respirando en una pequeña bolsa de aire. Esto le ocurrió al señor Harrison Okene. Durante 3 días. La historia comenzó el 26 de mayo del año 2013. A las 4:30 de la mañana Harrison Okene, el cocinero del barco, se levanta para usar el baño. El hombre se encontraba en un remolcador de tanques de petróleo (el AHT Jascon-4) .
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