Los primeros coches eléctricos tuvieron mucha aceptación para circular por las ciudades. Las baterías recargables que proporcionaron un medio viable para almacenar electricidad a bordo de un vehículo no empezaron a fabricar hasta 1859, con la invención de la batería de plomo y ácido por el físico francés Gaston Planté. Traducción en el comentario
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