Una noche de marzo de 2021, Rocío Cruz comenzó a encontrarse mal. Pidió ayuda y una ambulancia la llevó al hospital de Talavera, donde vive. A la mañana siguiente, un médico le explicó que tenía un linfoma no hodking, un tipo de tumor de la sangre que afecta cada año en España a unas 10.000 personas. Este tiene una tasa de supervivencia a cinco años del 68%, pero el suyo en concreto, de tipo B de célula grande, es especialmente agresivo. “No sabes ni de lo que te están hablando, pero te dicen que es grave y que hay que lucharlo”, explica.
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