Un gusano cuyo plato favorito es, de todas las cosas, las larvas de gusanos, debe tener mucho cuidado de no devorar accidentalmente su propia progenie. Los científicos del Instituto Max Planck de Biología del Desarrollo de Tübingen descubrieron recientemente cómo estos pequeños gusanos de apenas un milímetro de longitud logran distinguir a sus propios hijos de los de otros gusanos. Sommer y su equipo pudieron identificar un gen, que desempeña un papel esencial en la distinción de "yo" y de "no-yo" y fue apropiadamente llamado "Self-1".
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