Sí. Otra carta. La recojo del suelo ante la puerta de mi casa. Tampoco sé quién me la escribe. Como la anterior (“El truco de la misteriosa carta”
bit.ly/2Kr2J3c). Y al recogerla vigilo que ningún vecino se acerque a menos de un metro y medio de distancia. Por todo eso del coronavirus. Me noto neurótico con eso de la distancia física entre las personas. Y sueño con poder moldear el espacio a mi antojo. Estrujarlo o expandirlo. Suena de locos. ¿A que sí? Pellizcar el espacio, apretarlo. Hacer lo que quieras con él. Mentalmente delirante