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La entrañable historia del anciano con alzhéimer que cree que los aplausos de los balcones son para él  

Hermann Schreiber es octogenario como su esposa, Teresa Domínguez. Los dos sufren alzhéimer. Ella, gallega, dominaba el alemán, pero ya no. Ni siquiera habla. Él, oriundo del país germano, no recuerda apenas el español que tanto controlaba. Pero de lo que no se olvida es de tocar su inseparable armónica. Aprendió la técnica a los cinco años y ahora, cada día, cuando la gente aplaude a los sanitarios desde sus balcones, él acude presto a su ventana, en la ciudad de Vigo. Cree que esos vecinos de las casas de al lado son su público.

| etiquetas: anciano , alzheimer , aplausos , armónica

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