"Lo que más me duele que que nos traten como delincuentes, borrachos o vagos. Que nos digan que vivimos a costa de otros, que nos dan y nosotros no ofrecemos nada, porque no es cierto y nosotros no somos los culpables". Se llama Mari Ángeles, tiene dos hijas, vive en Madrid y cobra el Ingreso Mínimo Vital (IMV) después de trabajar 30 años. Ahora reconoce que tiene miedo a que le puedan ofrecer un trabajo aunque le ofrezcan cien euros más. Su argumento es difícil de rebatir. "Si el contrato es de un mes, o de unos días., ¿qué hago si me quitan
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