La ventisca de censura contemporánea me recuerda al día de la marmota. Empiezo a hartarme, como el personaje de Bill Murray, de soltar cada mañana la misma previsión meteorológica. Hoy graniza sobre David Suárez, un cómico fabuloso y cruel: un tipo de 27 años despedido de Vodafone Yu por un chiste en Twitter que a mí, llamadme loco, me hizo reír a carcajadas. El problema del humor negro es que hay dos tipos de personas, las que tienen brazos y las que no. La gente sin brazos encuentra verdaderas dificultades para aplaudir un chiste.
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