Se trata de una lámina de celulosa bacteriana (CB), un compuesto orgánico derivado de ciertos tipos de bacterias, combinada con la proteína aislada de soja. El nuevo material no es tóxico, destaca por su alta transparencia óptica, presenta una robusta resistencia mecánica que le permite mantenerse estable en el agua, es resistente al aceite y tarda en degradarse de 1 a 2 meses.
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