Esther Martínez se siente desamparada. Hace casi 14 meses que es firme la sentencia que le reconoció la incapacidad permanente absoluta y sigue sin cobrar la pensión. Desde febrero de 2022 no percibe ingreso alguno. Durante este tiempo ha sobrevivido con la ayuda de familiares.Su abogada ya ha instado en dos ocasiones la ejecución de la sentencia. Su caso no es aislado, son 954 las sentencias por incapacidad aún no ejecutadas. La media de espera es de dos años.
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