El primero de una serie de centros para combatir el extremismo en Francia abrirá sus puertas en un palacete cerca de una pequeña aldea en el Valle del Loira, causando malestar entre los vecinos. Los residentes tienen que despertarse todas las mañanas a las 6:45 para asistir a clases y vestir uniformes o "un tipo de ropas especiales", como los define el director. Estudiarán historia francesa, religión y filosofía. Una vez a la semana le rendirán honor a la bandera de Francia y cantarán la Marsellesa. Algunos críticos advierten que este método..
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