Resulta interesante observar que Inglaterra era enormemente escéptica a la idea de una Unión Europea. Un brillantísimo diálogo en la serie televisiva de humor británico llamada Sí, ministro, en la década de 1.980, lo planteaba en términos muy simples: Mire, señor Ministro, nosotros nos dimos cuenta de que no podíamos competir contra la Unión Europea desde afuera, de manera que decidimos ingresar a ella para sembrar cizaña y dinamitarla desde sus cimientos.
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