El pasado 4 de marzo, 188 viajeros subieron en un vuelo de Air China en Pekín, con destino a Los Ángeles. Sin embargo, el Boeing 777 no aterrizó en la soleada ciudad californiana sino en la helada pista del aeropuerto de Anádir, la ciudad más oriental de Rusia, a unos 3.700 km de Vladivostok. El aterrizaje de emergencia se debió a una alarma de incendio que se activó por un supuesto fuego en la zona de equipajes.
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