"El cuarto donde lo tenían ahora es una bodega. Tiene unos vinos buenísimos", cuenta un vecino del pueblo. En esa misma casa estuvo antes secuestrado el empresario Luis Suñer. Ahora, dos de los secuestradores la utilizan de residencia vacacional. Sus frases son escuetas: "Yo no era de ETA, era mi mujer. Luego nos casamos". A Papuchi lo teníamos ahí dentro, sí, sí. A ver, le tratamos de maravilla, pero me arrepiento de aquello.
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