Un equipo de investigadores suizos y alemanes ha colocado un plásmido de ADN en la superficie de un cohete Texus-49 para ver si sobrevivía durante un vuelo balístico suborbital. A su regreso lograron recuperar ADN en todos los sitios del cohete donde lo habían puesto, consiguiendo un máximo del 53% en las ranuras de las cabezas de los tornillos. Estas biomoléculas soportaron los 1.000 ºC, la hipervelocidad y otras duras condiciones del viaje. Hasta el 35% del ADN recuperado mantenía su función biológica. En español:
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