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«Que se acabe la tortura de Horro»

A primera vista, la escena es amable. Horro, un cruce de labrador de unos seis años, se deja poner gorros, pelucas y hasta gafas de sol de aviador sin rechistar. Pero hay algo que no encaja. El animal permanece atípicamente quieto, inmóvil, sentado durante horas, mientras su dueño, un mendigo de origen lituano, lo utiliza como reclamo para ejercer la mendicidad, generalmente en el entorno de la Catedral.

| etiquetas: labrador , horro , maltrato , enfermo

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