Margaret Bourke-White fue una de las primeras fotoperiodistas de la historia: su objetivo capturó los acontecimientos y las personalidades más relevantes de la primera mitad del siglo XX; sin embargo, al otro lado de la cámara, el rostro de la fotógrafa acabó convirtiéndose en un hito de un capítulo de la historia que se alimentó de los conflictos bélicos que ella misma inmortalizó. La figura de Bourke-White habitó muchos lugares distintos: el Bronx, la Unión Soviética, la II Guerra Mundial, la India, el fotoperiodismo, el feminismo, el ecologismo.