La Xunta de Galicia considera que las obras que no están rematadas son feísmo arquitectónico, y ahora se ha propuesto acabar con él. Nunca más una casa sin terminar, fachadas sin pintar ni cableados al aire. El anteproyecto de ley que esperan aprobar en esta legislatura, quien incumpla las órdenes de remate de edificaciones podrá ser sancionado con multas que van desde los 300, hasta los 25000 euros si el incumplimiento es reiterado.