[...] Una vez me ofrecieron un trabajo en un equipo de desarrollo de 50 personas en el que sería la única mujer. La mayoría de las veces seguía siendo la única mujer, pero elegía equipos más pequeños y menos intimidantes. Siempre era la única mujer en la reunión, a menudo la primera -la primera ingeniera de I+D, la primera jefa de proyecto, la primera jefa de equipo de software- en las empresas para las que trabajé. Lo que los blogs de gestión que parlotean sobre el liderazgo no te dicen es que ser la primera es una carga.
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