Durante su infancia, muchos niños han jugado a buscar tesoros escondidos en los jardines de sus casas, para desesperación de sus progenitores, que veían cómo dejaban todo el terreno lleno de agujeros. Habitualmente, ese tipo de diversiones acaba sin ningún tipo de resultado positivo. Por eso, no es de extrañar el revuelo que se formó en la ciudad de Los Ángeles cuando, en 1978, los niños de la familia Underwood encontraron un Ferrari enterrado en su jardín.Para conocer cómo un vehículo tan exclusivo había podido acabar enterrado en el jardín...