Nos situamos en los desiertos de Irán, donde no fluyen ríos ni existen lagos. No hay vegetación. Sólo viento y piedras. Es el año 1.000 a.C y grupos de nómadas buscan un lugar para establecerse definitivamente. En la superficie de ese lugar inhóspito no hay nada que se pueda aprovechar para la vida pero, ¿y bajo el suelo?