Las hostilidades entre las dos Coreas son abundantes y cíclicas y cada cierto tiempo suben de tono. Ahora dos drones norcoreanos, que se han estrellado en Corea del Sur, han abierto de nuevo la caja de los truenos. Los dos aparatos tenían la función de espionaje en el país vecino; de hecho tomaron imágenes tanto de la capital, Seúl, como de la Casa Azul, la residencia de la presidencia surcoreana.