Un proyecto curioso y singular por varias razones, aparte de utilizar una mina de la Edad del Bronce como almacén. Y es que los datos no se guardan en papel, ni siquiera en soporte electrónico o digital. Se guardan en tabletas de cerámica, tomando como inspiración las antiguas tabletas sumerias de escritura cuneiforme, a una profundidad de 2 kilómetros dentro de la mina. Un soporte que puede resistir hasta 1200 grados centígrados, radiación, productos químicos o magnetismo, y que solo puede romperse a golpes.

Eidos Montreal y Square Enix firman uno de los videojuegos más esperanzadores del año, Deus Ex: Makind Divided, gracias a su habilidad para sumergir al jugador en un rico, profundo y complejo universo de ciencia ficción en el que la humanidad se encuentra dividida entre los humanos ‘puros’ y los aumentados con implantes cibernéticos.