El Boeing E-6B Mercury está diseñado para actuar como un importante transmisor de comunicaciones durante una posible guerra nuclear, asegurando que el Presidente de Estados Unidos pueda enviar directrices, incluidas órdenes de lanzamiento. Sin embargo, un pájaro puede arruinar su vuelo. Probablemente esto no sería noticia si fuera un vuelo cualquiera, pero tratándose de la aeronave apodada como “Doomsday”, las consecuencias son muy diferentes.

Según el Boletín de los Científicos Atómicos que hizo su presentación anual del ‘Doomsday Clock’, estamos cerca del fin del mundo como lo conocemos, justo a las 11:58 p.m.

En 1960, en el apogeo de la Guerra Fría y en los albores de la era espacial, el primer Sistema de Alarma de Defensa de Misiles Satelital (Midas) fue puesto en una órbita terrestre baja por los Estados Unidos. Seis años más tarde ya existía toda una constelación de nueve satélites de itinerancia en los cielos, cada uno de ellos explorando una región de la Unión Soviética para detectar en la atmosfera grandes estelas de rayos infrarrojos, el signo revelador del lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) o de lanzamiento de cohetes.