Cuenta la leyenda que un monje del siglo VI, viajero incansable e intrépido de origen irlandés, de nombre Brandán, pretendía llevar su fe hasta los más remotos rincones de la tierra y, para ello, partió acompañado por otros 14 monjes en una modesta embarcación, con el firme propósito de extender su evangelio y se adentraron en el océano antes conocido como océano Tenebroso, hoy Atlántico, por los peligros que en él podían encontrarse. A lo largo de su viaje, se les unieron 3 monjes más