La baliza envía su primera señal 100 segundos después de que la active el usuario, una vez adquiere mediante GPS la posición con una precisión de al menos 5 metros. Este mensaje se repite cada 100 segundos hasta que se apaga. Entre los datos más sensibles se incluyen el identificador único de la baliza registrado por el fabricante, identificador de la celda de la red móvil a la que está conectada, nivel de cobertura, nivel de batería y geoposicionamiento. La baliza puede confirmar al usuario que ha completado el envío de la petición de auxilio.

Este sistema se conoce como Help Flash y es la idea ganadora del III Premio de Emprendedores y Seguridad Vial convocado por Línea Directa. "Gracias a un reflector parabólico que emite un triple destello ámbar en todas direcciones, el vehículo averiado o accidentado puede ser detectado por el resto del tráfico sin necesidad de que el conductor baje", explica Jorge Costas, uno de sus creadores.

Da igual que tengas el bluetooth, el GPS o el wifi apagado. Tu teléfono puede hacer un seguimiento de tu ubicación mediante el intercambio de información con unos dispositivos o balizas distribuidas por toda la ciudad y que se están poniendo de moda. Centenares de comercios, negocios y ayuntamientos están llenando sus tiendas o espacios de estos faros bluetooth para venderte servicios, información o publicidad. A veces con prácticas muy poco transparentes.

La tecnología, llamada "ultrasonic cross-device tracking" (seguimiento ultrasónico interdispositivo), embebe tonos a alta frecuencia (que son inaudibles al oído humano) en anuncios, páginas web e incluso en localizaciones físicas, como tiendas. Estas "balizas" ultrasónicas emiten secuencias sonoras con altavoces y, practicamente cualquier micrófono -como aquellos que las apps de los smartphones o tablets utilizan- pueden detectar la señal y crear una "imagen" de los anuncios que has visto, las webs que has visitado e incluso dónde has estado.