De repente, Internet no existe. De repente, Internet no existe y se ha esfumado el porno. Tienes que follar con alguien. Tienes que quedar. Tienes que tocarle y te toca. De repente, Internet no existe y tienes que salir a la calle a hacer la compra. Nadie te la lleva a casa. De repente, no existe Internet y tienes que hablar con la gente. En el ascensor, por teléfono, en el metro, en tu casa… De repente, no existe Internet y no puedes ver series. Tienes que hacer otros planes. ¿Qué planes si no existe Internet?

"No tengas miedo de nada ni de nadie. Persigue tus sueños, no te desanimes." Poco antes de su muerte, un abuelo escribe una carta a sus nietos para dejarles una pequeña parte de lo que ha aprendido durante su viaje en esta tierra.

Noticias de El director del Museo Reina Sofía carga contra las exposiciones “populistas” Manuel Borja-Villel carga en un editorial contra la influencia del mercado en las prácticas artísticas y la conversión del público en una masa “sumisa”