Erik Finman es un adolescente de 15 años que invirtió en bitcoin los mil dólares que le dio su abuela en 2012. Meses después, el dinero se ha multiplicado.
Erik Johansson ha ido más allá de las posibilidades que ofrece la fotografía. Utiliza el retoque para crear escenarios imposibles de realidades inmiscible que estimulan la imaginación.