Las plataformas digitales promovieron la idea de que todos tenemos algo valioso que decir, que podemos volvernos virales e influenciar a los demás. Los algoritmos favorecieron el ascenso de muchas figuras, sin importar que su conducta fuera cuestionable. En la economía de los creadores, ¿realmente cualquiera puede vivir de bailar y sonreír a la cámara? ¿La puerta para vivir del internet se hará más grande?
|
etiquetas: internet , creadores , contenido , digital