Aunque no signifiquen un peligro real para el avión, las turbulencias son tal vez el momento más incómodo del vuelo. Pero eso va a cambiar. Esta semana fue enviado al espacio un satélite meteorológico que tiene entre sus nuevas funciones la capacidad de detectar las zonas de turbulencia. La Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de EE.UU. (NOAA) señaló que el nuevo satélite emitirá señales más claras sobre las nubes ondulatorias, que contribuyen a la formación de turbulencias, y permitirá enviarlas de forma más rápida a la Tierra.
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