Pat Bennett es una mujer de 68 años que fue diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) hace más de una década. En su caso, la enfermedad neurodegenerativa no afectó a la movilidad de su cuerpo, pero paralizó progresivamente su lengua, su laringe y los músculos que le permiten hablar. Por eso cuando intenta comunicarse solo es capaz de emitir una especie de gruñidos, que conservan la cadencia y ritmo del lenguaje hablado pero que el interlocutor no puede descifrar.
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