El prejuicio tiene un nombre, “efecto Matilda”, la tendencia a menospreciar los logros científicos si han sido llevados a cabo por mujeres. Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas que determinan el sexo; Rosalind Franklin, cuyas aportaciones fueron imprescindibles para el hallazgo de la estructura del ADN, o Lise Meitner, “madre” de la fisión nuclear, son algunas de esas “Matildas” a las que todavía hay que hacer justicia. Aquí recordamos la historia de Franklin, científica cuyos aportes representaron un avance vital para el ADN.