Cultura y divulgación

encontrados: 4, tiempo total: 0.005 segundos rss2
154 meneos
2349 clics

La misteriosa, desconcertante y absolutamente apasionante búsqueda del origen de las anguilas

La anguila europea y la anguila americana, ambas consideradas en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, realizan esta extraordinaria migración. El Mar de los Sargazos es el único lugar de la Tierra donde se reproducen. Las resbaladizas criaturas, algunas de hasta 1,5 metros de largo, llegan de Europa, América del Norte, incluidas partes del Caribe, y el norte de África, incluido el mar Mediterráneo.
92 62 2 K 375
92 62 2 K 375
3 meneos
94 clics

Sargazo: reliquia de ultramar, pesadilla de la costa

En los últimos años el sargazo ha pasado a representar un problema para la región Caribe, obstruyendo costas y zonas turísticas
22 meneos
149 clics

Nadie sabe aún exactamente cómo se reproducen las anguilas  

La razón de tanto misterio es que las anguilas tienen unas pautas de reproducción realmente inusuales. Cuando alcanzan la edad adulta, las anguilas abandonan sus hábitats en ríos y estuarios de toda Europa (desde Escandinavia al Mediterráneo) y emprenden un viaje de miles de kilómetros que les lleva hasta el mar de los Sargazos a la altura de Florida con aguas especialmente limpias y algo más saladas. Allí, "se supone" que se reproducen y sus crías emprenden un viaje de vuelta que lleva varios años, pero no se ha comprobado nunca directamente.
19 3 0 K 106
19 3 0 K 106
10 meneos
60 clics

¿Por qué viajan los peces viajeros?

Unos peces son de agua salada y otros de agua dulce. Y hay unos pocos, muy pocos, que viajan de un medio al otro, y vuelven a desovar al medio del que proceden. Son muy conocidos y algunos de ellos, muy apreciados. Entre nosotros son especialmente valoradas las anguilas; en realidad lo son sus alevines, las cotizadísimas angulas. Las anguilas viajan a desovar desde los ríos de Europa al mar de los sargazos en un viaje de 5.000 km que puede durar entre dos y tres años. Y también los hay que hacen el viaje en sentido contrario.

menéame