El incendio de Notre Dame fue una oportunidad única para investigación arquitectónica y restauración. Reveló hallazgos y curiosidades no conocidas de su construcción. Hallaron conjuntos inéditos de grapas de hierro y piedras de valor incalculable. Más de 200 toneladas de plomo tóxico de la cubierta y aguja desapareciron, un riesgo para la estabilidad estructural y la salud: las dosis en superficies superaban 25 veces el límite legal. Usaron técnicas innovadoras (escaneo láser, microscopía), analizaron el color, la corrosión y las deformaciónes.

Todavía no ha terminado la reconstrucción de Notre Dame, cuya reapertura está prevista para el próximo 8 de diciembre. Sin embargo, ya se ha desvelado la nueva aguja de la catedral.

Las vidrieras datan del siglo XIII y fueron desmontadas en el pasado y desaparecidas durante 161 años para su posterior venta. Curiosamente, estas vidrieras reaparecieron en una subasta en junio de 2015, durante un evento organizado por la prestigiosa casa de subastas estadunidense Sotheby's, La asociación "Lumière sur Patrimoine," dedicada a la protección del patrimonio en París, presentó una denuncia por hurto y encubrimiento de hurto en la comisaría de policía del Centro de París el martes 12 de septiembre.

La estructura del techo se presentó como un problema grave, y algunos dijeron que sería imposible reconstruirla simplemente debido a la gran cantidad de árboles utilizados en su construcción. Los restauradores recurrieron a los artesanos de Guédelon, un castillo en construcción al sur de París, donde los carpinteros se forman en el trabajo de la madera medieval..Se ha realizado una versión idéntica de la aguja con los mismos materiales originales.

Está previsto que la catedral de París reabra sus puertas en diciembre de 2024, cinco años después del incendio que la devastó.

En concreto, se han descubierto fragmentos policromados del antiguo coro de la catedral datados en el siglo XIII y destruido en el siglo XVIII, y un sarcófago antropomórfico de plomo...se ha encontrado evidencia de una fosa en la que fueron enterrados elementos esculpidos policromados identificados como pertenecientes a la antigua pantalla de Notre-Dame.

Los expertos franceses están explorando los bosques del país en busca de robles centenarios para reconstruir la aguja de Notre Dame, destruida por un incendio. El feroz incendio de abril de 2019 hizo que la aguja de plomo y madera de la catedral, de 96 metros de altura y punto de referencia del horizonte de París, se estrellara contra las bóvedas de piedra del tejado. En julio, Macron anunció que la aguja se reconstruiría tal y como estaba. Se espera que para ello se necesiten hasta 1.000 robles de entre 150 y 200 años de antigüedad.