A Dora Maar (París, 1907-1997) la conocemos por y pese a Picasso. Fue una de las grandes fotógrafas vanguardistas.

El origen del término bondage proviene del inglés de la Edad Media cuyo significado se aplicaba a la esclavitud y servidumbre (hay escritos datados en el siglo XIV en los que ya se utilizaba el vocablo ‘bond’ para referirse a la condición de siervo).

Nunca es tarde para probar cosas nuevas. Eso debió de pensar el escritor Fernando Sánchez Dragó, que a sus 81 años, según informa La Razón, ha grabado un cortometraje con escenas pornográficas y de sadomasoquismo. El vídeo, titulado La doma, lo ha grabado para el festival de cine de Los Bonobos, un evento en el que se presentan trabajos grabados con móviles o tabletas. Dragó grabó el corto a principios de este año con un iPhone 6S y lo hizo en la localidad soriana de Castilfrío de la Sierra.

Se conoce como ‘sadomasoquismo’ a la práctica sexual en la que se alcanza placer a través de causar y recibir dolor y/o humillación. Esta parafilia de comportamiento sexual (a la que el Diccionario de la RAE acuña como ‘perversión’), tiene una antigüedad que se pierde en el tiempo (nuestros ancestros ya disfrutaban dando o recibiendo algún tipo de daño).

En algunos artículos de Japonismo sobre Pinku Eiga hemos hecho alusión varias veces al SM (sadomasoquismo), y en concreto al privativo bondage japonés conocido como kinbaku o shibari, pero hasta ahora no nos habíamos centrado en estudiar con profundidad la figura de Naomi Tani, a todas luces la embajadora de la modalidad en su vertiente cinematográfica.