Según las fuentes documentales, el patolli se relacionaba con deidades, ofrendas, ritos religiosos y eventos calendáricos. La palabra, de origen nahua, significa “frijoles”, llamados también patoles, con los que se jugaba, a modo de dados. Los nueve patollis, descansaban sobre una superficie de estuco de 11.3 metros de largo, por 2.8 metros de ancho, y se encontraban en mal estado de conservación.