Los presidentes y líderes políticos están constantemente expuestos a la crítica de la opinión pública y al implacable análisis de los medios de comunicación. Por eso, cuidan mucho sus palabras. Sin embargo, algunos- presos de los nervios o del llamado ‘síndrome del micrófono abierto’- , y otros de la ignorancia, de la soberbia o incluso de la discriminación, los ha llevado a pronunciar frases que después los perseguirán por el resto de sus vidas, provocando la indignación de algunos y la burla de muchos.