Los rojos no usaban sombrero, afirmaba un anuncio —genial de puro eficaz— de la sombrerería madrileña Brave en la posguerra española. Y, bueno. Sin que sea esa la razón, hace quince años que uso sombrero a diario, tanto en invierno como en verano: fieltro con los fríos y panamá cuando llegan el sol y el calor.

Con " Infografía " ( dibujos ) para que se entienda mejor. La forma de llamar al camarero o mesero dice mucho de la buena o mala educación de una persona. Hay formas demasiado coloquiales de llamar a un camarero que son molestas e, incluso, ofensivas. En estos casos el camarero puede no atenderle o bien...

Nuestra sociedad odia las personalidades fuertes porque nos sacuden las entrañas. Se premia a los chicos buenos que nos engatusan desde su lengua de terciopelo.

Así, entre fórmulas de cortesía tan necesarias como aparentemente banales, empiezan muchas de las conversaciones en las que participamos los humanos cada día. En casas, en oficinas, en ascensores, en caminos, en parques, en campos, en cafeterías. Entre personas que se ven todos los días o hace años que no se cruzan; entre amigos íntimos o perfectos desconocidos. Los primeros pasos son fáciles y siguen un guion no escrito pero dictado por el contexto y la cultura. Después, las cosas están menos claras. Todo puede fluir hacia una conversación l

¿Por qué inventar excusas cuando podemos, simplemente, decir que no queremos hacer algo?.- En nuestra idea tradicional de cortesía, suena hasta descortés, beligerante, decir que no. Cuando no tendría por qué. Cuando ocurren los referendos de Grecia, hace tres años, algunos psicólogos anotaron que, ante la duda, y en igualdad de condiciones, la gente siempre elegía el sí al no. Bartleby responde a la burguesía creciente con su propio lenguaje: dice que no con una afabilidad y una calma pasmosas.

La semana pasada después de mucho tiempo por fin me fui de compras, qué le voy a hacer es algo que me encanta no puedo remediarlo. Después de hacer un “tour” por toda la tienda y elegir aquello que me quería llevar me puse a la cola. Todo iba bien hasta que llegué a la…

La principal diferencia es la caballerosidad. Los pretendientes rusos son muy románticos y demuestran su afecto con flores, pequeños y grandes regalos y eventos románticos. El hombre tiene que ser muy educado. Deberá abrir la puerta a la mujer y ayudarle a ponerse el abrigos. El hombre nunca permitirá que una chica lleve nada más pesado que un pequeño bolso y siempre deberá pagar la factura en un restaurante. Esto último se espera en el 100% de los casos, así que no se sorprenda si la chica no se ofrece para compartir la cuenta.