La fotografía muestra a un caimán descansando sobre un tronco, aunque lo interesante yace en su cabeza, una corona repleta de mariposas vivientes. Cómo es que criaturas tan aparentemente frágiles como las lepidópteras osan acercarse tan íntimamente al imponente depredador. Para comprender este acercamiento, primero debemos comprender que biológicamente las mariposas requieren de sodio para producir sus huevos y también para fortalecer su sistema nervioso. Curiosamente los caimanes acumulan sales en su piel provenientes de sus lágrimas.

Los dos depredadores generalmente no se cruzan porque los cocodrilos carecen de glándulas de agua salada, lo que les dificulta sobrevivir en las aguas costeras. Sin embargo, un reciente estudio mostró que los caimanes y los tiburones podrían estar cruzando sus caminos con más frecuencia ahora que los caimanes estadounidenses (aligátor americano (Alligator mississippiensis), llamado también caimán del Misisipi) están ganando tolerancia al agua salada y apareciendo en las playas con mayor frecuencia.

Los animales estuvieron luchando durante unos veinte minutos.

El cocodrilo de agua salada australiano suele ser considerado como el más terrorífico de la familia. ¿pero se comería a otro cocodrilo? El caimán americano sí...

Fue necesario un tractor para mover el cadáver del enorme animal. 4,5 metros de largo y 360 kilogramos (800 libras) de peso: parecía una criatura de ciencia ficción y es una de las bestias más grandes que ha visto el cazador profesional estadounidense Lee Lightsey en sus 18 años en el negocio. Se trata del caimán que Lightsey y su guía, Blake Godwin, descubrieron en estanques artificiales para ganado en su hacienda de Florida mientras supervisaban una expedición de caza el sábado pasado.

Demostración en vídeo de la mordida de una tortuga caimán (es.wikipedia.org/wiki/Macrochelys_temminckii) dándole un bocado a una piña.

Un biólogo de la Universidad de Alabama (EE.UU.) se lo explica a BBC Mundo con la ayuda de unas radiografías en las que se puede ver el proceso de tan sorprendente digestión...