Don Sebastián I de Avís (Lisboa 1554 – Alcazarquivir 1578) sucedió, con tres años de edad, a su abuelo João III de Portugal (el padre Juan Manuel murió dos semanas antes de su nacimiento). Siendo todavía un niño heredó el trono primero bajo la tutela de su abuela paterna, Catalina de Habsburgo, y después de su tío-abuelo, el cardenal Enrique de Portugal. Su madre, Juana de Austria, abandonó la corte de Lisboa para retornar a Castilla, donde reinaba su tío Felipe II, poco después de su nacimiento.

Tras la derrota del rey portugués Sebastián I en la batalla de Alcazarquivir, no se encontró su cadáver. Años después, un pastelero de Madrigal se hizo pasar por él y durante un tiempo tuvo éxito. Finalmente, fue descubierto y ejecutado.

Cuántas veces habremos empleado esta palabra de tan espectacular sonido y cuántas veces más la habremos escuchado, sin que en realidad hayamos pensado en su significado o su procedencia. Cierto que su uso es más frecuente en otras partes de España, como en Cataluña, en donde se emplea con profusión, que en nuestra querida Andalucía, pero en cualquier caso, es de uso corriente. Pienso que su sonoridad, tan semejante a "bandido", no nos ha hecho cavilar demasiado sobre su etimología…