Podemos negar a Cristo, negar a los profetas, renegar de la democracia, de la libertad, opinar sobre cualquier masacre y crimen de guerra, hasta creer o no creer en los extraterrestres, pero nunca, bajo ningún concepto, podemos negar el hecho de que seis millones de judíos murieron en los campos de concentración alemanes bajo penas expresas contempladas en los códigos penales de los 30 países mas “occidentalizados” del mundo.