En principio, la idea detrás de añadir un género neutro (lo que conlleva tanto ese morfema e para sustantivos y adjetivos como los artículos le/les y el pronombre elle, entre otras cosas) era dar cabida a personas agénero, bigénero, de género fluído y otras no binarias que no se sienten cómodas con una etiqueta de hombre o mujer. Pero pronto tomó también otras dos aplicaciones: en plural, para referirse a grupos mixtos de gente; y en singular genérico, para referirse a un individuo sin especificar más.