Se comenzó analizando muestras semanales de las aguas residuales desde el 13 de abril hasta el 25 de mayo, y también estudiaron muestras de archivo congeladas de principios de año. El análisis detectó evidencias de la presencia de SARS-CoV-2, en las muestras del 15 de enero, 41 días antes de que se confirmara el primer caso oficial en Barcelona. Esto provocó que los investigadores retrocedieran en las fechas aún más, y analizaron muestras congeladas desde enero de 2018 hasta diciembre de 2019.