A raíz de la crisis, la gente se transformó en pueblo y se produjeron manifestaciones que no se habían visto por aquí desde la Inmaculada Transición: el 15M, las mareas, los afectadas por las hipotecas… el pueblo sacaba músculo y se dejaba ver a escala global, desde las primaveras árabes hasta el movimiento Occupy, el mundo era una gran manifestación. El capitalismo, y su máximo representante, la publicidad, se dio cuenta de la jugada y se apresuró a crear tendencia de las revueltas para desactivarlas al grito de “¡¡el pueblo está de moda!".